Mantiene la salud ocular
Las zanahorias son ricas en carotenoides y vitamina A, por lo que tienen la capacidad de proteger los tejidos oculares. Los carotenoides favorecen la claridad de la visión y previenen las cataratas y otras enfermedades oculares. Las zanahorias no pueden curar enfermedades oculares graves, pero desempeñan un papel importante en la prevención del empeoramiento de las enfermedades oculares. Los carotenoides mantienen el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Mantiene la piel flexible
Las zanahorias tienen la capacidad de mantener la belleza de la piel gracias a su contenido en betacaroteno. Sin embargo, si se consumen en demasiada cantidad, las zanahorias pueden provocar el amarilleamiento de la piel. Las zanahorias ayudan a tratar el acné y las heridas superficiales gracias a sus potentes efectos antisépticos, antiinflamatorios y cicatrizantes.
Desintoxica el organismo
Las zanahorias mantienen la salud de los tejidos y previenen los signos del envejecimiento. Las zanahorias contienen grandes cantidades de antioxidantes, que facilitan la eliminación de toxinas del organismo y previenen la formación de células cancerosas. Los antioxidantes también desempeñan una función protectora de todos los órganos del cuerpo. Así, al eliminar las toxinas y normalizar la digestión, los riñones y el sistema cardiovascular funcionarán dentro de unos parámetros óptimos.